Ignacio Martínez

Rendir a golpes

El balcón

14 de junio 2025 - 03:09

Cuando en la primavera de 1974 la policía de Alemania Federal detuvo a Günter Guillaume por ser un espía de la Stasi infiltrado en el Gabinete de Willy Brandt, el canciller dimitió 12 días después. Fue sustituido por Helmut Schmidt. Brandt no sabía que Guillaume y su mujer eran espías de Alemania Oriental, pero entendió que tenía una responsabilidad al haber convertido al agente secreto en uno de sus tres principales asesores. Pedro Sánchez vive un momento crítico similar. Por una vez, el jueves apareció sin su altanería habitual. Con cara de funeral pidió perdón por haber convertido a un presunto delincuente, el secretario de Organización del PSOE Santos Cerdán, en uno de sus principales colaboradores. A Felipe González le ha faltado tiempo para ponerle nombre a un eventual Schmidt: Eduardo Madina. El hombre de Rubalcaba que forzó primarias en 2014, cuando Susana Díaz estaba a punto de ser aclamada para el cargo, y ella en venganza apoyó al rival que creía más débil, Pedro Sánchez.

Once años después, el elegido entonces, defenestrado y renacido secretario general, monopoliza el poder en su partido sin contrapeso. Tiene una mayoría precaria en el Congreso, en parte chantajista, y unos socios de Gobierno tan débiles como exigentes. Si antes no quería elecciones, ahora mucho menos. Lo mínimo que debería hacer es plantear una cuestión de confianza, pero le resultaría carísima en concesiones. La trama Ábalos-Koldo-Cerdán da solidez a otros casos judiciales que parecían cogidos con alfileres. Mientras, el partido conservador sigue con el único respaldo de la extrema derecha, su presidente no entusiasma y no se atreve a presentar una moción de censura.

En la concentración del PP en Madrid el domingo, Feijóo reclamó a Sánchez que se rindiese. Dos días antes, Juan Manuel Moreno había ido a la Conferencia de presidentes de Barcelona con el uniforme de campaña del PP, en vez del traje de presidente de Andalucía. Allí pidió elecciones generales y advirtió que Sánchez tendría que convocarlas a palos. Palos que han llegado esta semana con precisión de relojero: el lunes un juez del Supremo dejó al borde del procesamiento al fiscal general del Estado, el martes la Guardia Civil entró en el domicilio de Ábalos, el miércoles noche se filtró el informe de la UCO que implicaba a Cerdán en el cobro de comisiones millonarias, y el jueves el presidente cesó a su brazo derecho y quedó colgando de un hilo. A Sánchez le quedan 10 días, en la escala de Brandt.

stats
OSZAR »