
En tránsito
Eduardo Jordá
Un final shakesperiano
Reflejos
La realidad política internacional ha mostrado su verdadera faz, ocultada durante décadas tras la máscara de normas de corrección en las relaciones diplomáticas. Acuerdos, tratados, alianzas, iban tejiendo un enmarañado complejo de relaciones entre las naciones, con la figura de la ONU, sólo carcasa y espacio de burócratas. Se había programado un futuro de concierto internacional, basado en la instalación de un conglomerado empresarial dominado por grandes corporaciones, entre las que estaba incluido el Comité Central del Partido Comunista Chino, que desarrollaría una política de integración comercial, ecológica, control de la población y cambio social, hacia un mundo más igualitario.
La decadencia de USA era palpable, Rusia no pintaba nada en este nuevo Mundo, Europa se sumergía en el entramado de negocios y empresas transnacionales, India entraba con fuerza entre los grandes, y China consolidaba su hegemonía, compartiendo el liderazgo, durante unas décadas, con el gigante americano.
Rusia rompió la baraja, quería su lugar en la gran fiesta de negocios, y hegemonía, diseñada para el futuro, no respetando las normas internacionales, pues veía su influencia reducida hasta sus fronteras. China optó por jugar con la baza de Moscú, pues sabía que su rival yanqui estaba maniobrando contra sus aspiraciones, pues éste no quería perder su primer puesto en la dirección de los asuntos internacionales, dentro del gran conglomerado de la nueva sociedad de negocios mundial. En los Estados Unidos, un grupo de magnates económicos veían peligrar sus preeminencia e intereses, por lo que se unieron al elemento discordante de la política USA, representante de la América profunda, la cual no aceptaba el nuevo signo de los tiempos, en el que su forma de vida tradicional se perdería, disminuyendo su poder la clase media. Trump, ya en el poder, se ha olvidado de las reglas y normas existentes, actuando de forma soez, prepotente, como en los tiempos de los Imperios, e incluso sin las formas de estos. América para los americanos, y destruir el entramado internacional establecido, cambiar de rumbo, y volver a una posición de sólida primera potencia, más que militar, económica, social e ideológica, es su objetivo. En la actualidad el resultado es la distopía política presente, en la cual unos piensan que será pasajera, o acaso se llegará a un nuevo acuerdo mundial. Otros suponen que se producirá un reseteo, y la ruptura deseada, aunque no con el resultado previsto. La Historia contemporánea ha cambiado de rumbo. C. Jung, en 1958, ya predijo el inicio de la crisis social mundial.
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