
Quousque tandem
Luis Chacón
Todología Aplicada
Los que titularon “El largo y cálido verano” una peli de finales de los cincuenta, ¿cómo la titularían ahora? Quizá en aquellos años el aire acondicionado aun no se había popularizado en Estados Unidos. Aquí, desde luego, ni se nos pasaba por las mientes; ni siquiera había frigorífico en la inmensa mayoría de las casas. Los bares y restaurantes tenían cámaras de frío, muchas a base de barras de hielo. El aire acondicionado tardó mucho más. Tengo un par de anécdotas de los 80, cuando algunos hosteleros aún se resistían. Valentín abrió la taberna Las Botas por esas fechas, con la decoración que mantienen los actuales propietarios, con botas de vino a la vista. Sin aire acondicionado. Ante mi extrañeza me aclaró que “el aire acondicionado es malo para el vino”. Le dije que mucho peor serían los treinta y tantos grados que había en el bar. Uno de los que más aguantaron fue El 5º Toro. Cuando Juan Leal claudicó y lo instaló, José Antonio López Alemán le “sacó” una ingeniosa soleá: “Cosas teníamos que ver / el Paula con Victorinos / Juan Leal con Termogel”. Para los muy jóvenes aclaro que Victorino Martín criaba unos toros terroríficos y Rafael de Paula era un torero muy artista pero asaz medroso; además, era compadre de Juan. Termogel fue la primera instaladora de aire acondicionado en Almería, y única durante algunos años.
Otra forma de refrescarnos es interiormente. Parece que se presenta un buen verano de frutas: los melones y sandías están especialmente dulces, así como unos blancos albaricoques de las vegas del Andarax y las primeras cerezas de Abrucena. Pronto llegaran las peras de San Juan, las ciruelas…Algunos dirán que de esas frutas hay todo el año, sin pensar que las traen de miles de kilómetros, con el consiguiente daño ambiental, amén de que las largas estancias en cámara les quitan sabor. Y suelen costar más del doble que las nuestras. Por el contrario, se acaban los tomates raf –más o menos híbridos- pero lo últimos, muy maduros, están a 2 €/kg y son ideales para salmorejos y gazpachos. Aprovechen y hagan para todo el verano, porque ambos se pueden congelar sin problemas; basta con meterle la batidora al descongelarlos. Casi todo esto ya lo he escrito varias veces, pero como no parece que esté muy extendido su conocimiento, lo seguiré contando hasta que me entiendan, como dijo Voltaire, o hasta que huela a ajos, que se decía antiguamente en este pueblo.
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