La disculpa de Broncano

Amelody (sí, ahí seguimos) no le hizo gracia que en La Revuelta bromearan sobre su mal puesto antes de que protestaran de su plantón y cuestionaran su ausencia. Ella dijo que se marchaba tras el desastre de Basilea a su casa, a ver a su hijo que ya si eso valoraba otro día por qué había quedado antepenúltima en Eurovisión. La de Dos Hermanas, un tanto harta de preparar una actuación estelar en la que le hubiera gustado que sus opiniones prevalecieran, iba a saco contra los responsables de RTVE en la rueda de prensa y de paso esperaba unas disculpas del programa de La 1. En La 1 no la tratan bien ahora.

Si David Broncano manejara la buena comedia habría encajado con mejor talante que le acusaran de no respetar la salud mental, que es lo que en el fondo le ha enfadado de las palabras de Melody. Como en la actual RTVE se premia a los pontífices y la polarización, el de La Revuelta no va a dar sus disculpas. Él es el maestro de las berreas, el que hace historia en cada frase, según la veneración que despierta en el Grupo Prisa. Si fuera un coloso de la pantalla y del humor, Broncano hubiera quedado de pxxx madre reconociendo que, tal vez, no se interpretaron bien las palabras de aquel lunes. Que Melody puede tener derecho a sentirse mal y, que a fin de cuentas, todo esto son cosas importantes con poca importancia. Hay cosas de las que uno se puede disculpar sin empañar su imagen. Al revés, se demuestra humildad, empatía, generosidad. Y no es lo que uno, en el fondo, espera de Broncano.