Javier Castillo: "Con Netflix las historias viajan mucho más lejos"

El malagueño es uno de los autores más leídos en España y un fenómeno literario global al que la adaptación de 'La chica de nieve' dio una nueva proyección internacional

Andalucía, un plató de Netflix

Javier Castillo, en el evento de presentación en Málaga de 'La chica de nieve'.
Javier Castillo, en el evento de presentación en Málaga de 'La chica de nieve'. / Netflix
Susana C. Gómez

08 de junio 2025 - 18:42

Javier Castillo (Mijas, 1987) es uno de los autores más leídos en España y un fenómeno literario que ha conseguido conquistar también al público internacional. Con más de dos millones de ejemplares vendidos y títulos traducidos a más de 90 países, su estilo de thriller emocional y narrativas de tensión creciente lo han convertido en un referente del género.

La adaptación de La chica de nieve por parte de Netflix supuso un nuevo hito en su carrera, llevándolo a las pantallas de todo el mundo y consolidando su proyección global. Hablamos con él sobre su implicación en el proceso creativo, el salto al audiovisual y la importancia de contar historias universales desde lo local.

Pregunta.¿Qué proyecto tiene ahora entre manos?

Respuesta.Ahora mismo estoy terminando la escritura de mi próxima novela, que si todo va bien estará lista en un mes, dos como mucho. Al mismo tiempo, estoy comenzando la promoción de La grieta del silencio en otros países. Como se publicó el año pasado, fuera de España va con un desfase de siete u ocho meses, y ahora empieza a coincidir su lanzamiento en varios sitios al mismo tiempo.

P.¿Cómo ha sido su experiencia con Netflix? No es que necesitara ese empujón para lanzar su carrera, pero evidentemente ha sido un impulso importante.

R.Totalmente. Para mí ha sido una forma de llegar muchísimo más lejos. El thriller dramático es un género muy leído, pero el mundo audiovisual tiene un poder tremendo, y Netflix en particular tiene una capacidad brutal para entrar en todos los hogares y generar conversación en torno a las historias. En España, esa visibilidad me ha servido para que mucha gente que no me había leído ni me conocía se acercara a mis libros. Es una ventana muy potente para generar nuevos lectores en segmentos donde antes no llegaba.

R.Y a nivel internacional, aunque ya estaba publicado en muchos países, la adaptación con Netflix ha sido clave. En los países donde estaban dudando si lanzar mis libros, esto les ha animado a hacerlo. Creo que me queda solo Finlandia. Antes de la serie estaba en unos 63 países, y ahora con Netflix ya son 90. Ha sido un salto enorme.

R.Además, llegar con una adaptación que ha funcionado tan bien hace que los lectores y los editores de otros países te perciban de otra manera. Se le da más seriedad a un nuevo autor extranjero. Esa primera interacción con lectores de otros lugares se vuelve mucho más fluida.

Rodaje de la adaptación de 'La chica de nieve' en Málaga.
Rodaje de la adaptación de 'La chica de nieve' en Málaga. / Netflix

P.¿Y cómo fue ese primer contacto con Netflix?

R.Fue muy bonito y también muy curioso, porque ocurrió en los momentos finales de la pandemia. La chica de nieve se había publicado justo al comienzo del confinamiento y se convirtió en la novela más leída de ese periodo. Recuerdo que me llamó mi representante, Conchita Astruga, y me dijo: “Javi, ¿estás sentado?”. Yo estaba en el salón, jugando con los niños, y me suelta que teníamos una oferta de Netflix para adaptar la novela. Fue un momento muy emocionante. La novela había nacido en una época muy extraña, y de ahí estaban saliendo cosas preciosas.

R.A partir de ahí montamos el equipo. Se eligió a la productora, que fue Atípica Films, y los guionistas, Jesús Mesas y Javier Andrés. Con ellos formamos un tándem muy bueno. Entienden mi universo y trabajamos muy bien juntos, sin egos. Lo importante para todos es siempre hacer la mejor serie posible, respetando la historia, pero sabiendo que lo más importante es que sea una gran serie. Eso hace que luego los lectores se interesen aún más por los libros.

P.Una de las grandes diferencias con la novela es que la acción se traslada de Estados Unidos a Málaga. ¿Cómo fue ese cambio? ¿Complicado?

R.Al principio daba un poco de vértigo, porque la historia estaba muy milimetrada para el contexto estadounidense, pero en realidad es una historia universal. Yo intento que mis libros siempre lo sean, que puedan ocurrir en cualquier lugar y que cualquier lector, sea de donde sea, entienda muy rápido lo que ocurre.

R.Por ejemplo, en la novela original, la desaparición era durante el desfile de Macy’s en Nueva York. En la serie lo trasladamos a la Cabalgata de Reyes en el centro de Málaga. Y funciona igual, porque en cada país existen celebraciones similares. La clave es que las emociones que se cuentan -la pérdida, la búsqueda, el dolor, la redención- son universales. Para mí fue también una forma de rendir homenaje a mi tierra. Era muy bonito ver cómo Málaga se volcaba con la adaptación. La Cabalgata se rodó con miles de figurantes malagueños. Fue muy emocionante.

Rodaje de la adaptación de 'La chica de nieve' en Málaga.
Rodaje de la adaptación de 'La chica de nieve' en Málaga. / Netflix

P.¿Y cómo se adapta la historia a Málaga sin perder esa universalidad?

R.Buscábamos precisamente eso: traer una historia universal a España, y concretamente a Málaga, pero manteniendo su esencia. Netflix apuesta mucho por ese tipo de contenido: grabado localmente, pero con alcance global. Los actores hablan con acento malagueño, hay policías de Sevilla, de Marbella... Todo tiene ese tono andaluz tan reconocible, tan auténtico, que precisamente por eso resulta exportable. Lo local se convierte en universal porque es único.

P.Da la impresión de que las plataformas como Netflix han roto esa barrera cultural que antes parecía infranqueable: “Esto es español, no va a funcionar fuera”.

R.Exacto. Y se entiende incluso en géneros que uno pensaría que son más difíciles de exportar, como el humor. Por ejemplo, Machos Alfa, que está funcionando increíble en todo el mundo. Creo que el truco está en elegir historias universales, que conecten con emociones comunes, sin importar dónde sucedan.

P.¿Cuánto se implica personalmente en la producción de las adaptaciones?

R.Muchísimo. Estoy involucrado desde el inicio: desde la elección de guionistas, la productora, todo. Yo no escribo los guiones, eso lo hacen ellos, pero estoy muy encima para asegurarme de que cada escena y cada diálogo reflejan el alma de la historia. Yo controlo mucho las reglas del thriller y del drama, que son universales, y reviso con ellos capítulo a capítulo, escena a escena. Mi labor es más de consultor: señalar si un personaje se comporta de una manera incoherente, si falta un giro importante, si algo no fluye.

R.Las reuniones son muy divertidas. Yo no soy de los que dicen “no toquéis mi obra”. Al contrario, soy muy receptivo, siempre que los cambios estén justificados y mejoren el conjunto. Me encanta que las adaptaciones sorprendan incluso a quienes ya han leído los libros. Que no sea un calco. Que haya diferencias, pero siempre respetando el alma de la historia.

Javier Castillo (sentado), en el evento de presentación en Málaga de 'La chica de nieve'.
Javier Castillo (sentado), en el evento de presentación en Málaga de 'La chica de nieve'. / Netflix

P.Entonces no es de los que vende los derechos y se desentiende...

R.Para nada. Me implico mucho, pero también porque he tenido la suerte de caer en muy buenas manos. Trabajar con Netflix está siendo un sueño. Desde Verónica Fernández, que escucha todas mis propuestas, hasta el equipo de marketing, comunicación... Todos comparten ese deseo de hacer algo grande, de crear historias que lleguen a todo el mundo. Es un privilegio.

P.La llegada de Netflix a España ha impulsado muchísimo la industria audiovisual, pero da la sensación de que también ha beneficiado al mundo literario.

R.Sí, y lo celebro. Es una oportunidad para que las historias viajen mucho más lejos. Ya tienen una selección muy buena de autores y libros que están adaptando. Elisabeth Benavent, por ejemplo, que la admiro mucho. Ahora se ha anunciado la adaptación de Cien años de soledad, que me hace especial ilusión porque soy muy fan de Gabriel García Márquez. Y también la de Alice Kellen. Van anunciando nuevos proyectos, y es una suerte. En Estados Unidos esto ya pasaba, con autores como Jo Nesbø o la trilogía Millennium. Pero esta apuesta por adaptar autores españoles supone una oportunidad para la internacionalización que nos faltaba. En el mundo hispano se lee mucho, pero fuera cuesta más vender derechos, traducir, llegar. Esto está abriendo caminos.

Rodaje de la adaptación de 'La chica de nieve' en Málaga.
Rodaje de la adaptación de 'La chica de nieve' en Málaga. / Netflix

P.Y también revitaliza el tejido local: técnicos, creadores, localizaciones...

R.Claro. El otro día leí que solo en Málaga hubo 180 rodajes el año pasado. Y eso no solo da trabajo, también da visibilidad. Muestra nuestras ciudades desde otro ángulo, más allá del turismo. Por ejemplo, en Málaga se organizó una pequeña ruta turística por los escenarios de La chica de nieve: la Plaza de la Constitución, el bar donde ocurre una escena... Es otra forma de contar la ciudad.

P.¿Por qué el formato serie? ¿Cree que se ajusta mejor a sus libros que el largometraje?

R.Creo que sí. El thriller se adapta muy bien al formato serie, sobre todo por cómo están estructurados mis libros. Suelo tener entre 50 y 80 capítulos, y cada uno tiene un giro. Las series permiten terminar cada episodio con un cliffhanger, lo que genera esa necesidad de seguir viendo, el famoso binge watching. Además, te permite explorar mucho más los personajes, su evolución, su drama interior. La película puede ser muy buena si está muy bien escrita, pero es cierto que tiene muchas más limitaciones de tiempo. La serie da más espacio para desarrollar trama, personajes, emociones... En mi caso, encaja perfectamente.

stats
OSZAR »