La princesa Astrid de Noruega, la representante real de más edad, con 93 años
La que fuera primera dama de Noruega en los años 50 mantiene un vínculo afectuoso con la reina Sofía
Preocupación en Noruega por el estado de salud de la reina Sonia
La caída de un rey, Harald de Noruega

La princesa Astrid de Noruega, hermana del también longevo rey Harald, a sus 93 años, se erige como una de las figuras más venerables y respetadas de la realeza europea, con un legado de más de siete decenios dedicadas al servicio público. Su aparición hace unos días en un banquete de gala en el Palacio Real de Oslo en honor al presidente francés Emmanuel Macron y la primera dama gala, Brigitte Macron, destacó por su sobriedad y entereza, junto al resto de su familia. La veterana princesa Astrid ha asisitido allá donde su hermano Harald V le ha solicitado, relevándole a él o a su esposa, la reina Sonia, de quien se temió por su delicada salud hace unos meses. El príncipe heredero, Haakon y la princesa consorte Mette-Marit tiene mucho aprecio a la tía Astrid. La familia real noruega también tiene sus esperanzas en la primogénita de los herederos, la princesa Ingrid Alexandra, que también se implica en las representaciones.

Astrid de Noruega ha acudido en todo momento a los compromisos de palacio. Aunque va en silla de ruedas desde 2022, cuando cumplió 90 años, por problemas de movilidad, su responsabilidad sigue firme. Fue primera dama del país en los años 50 cuando su hermano menor, heredero, aún no se había casado.
Nacida el 12 de febrero de 1932, la princesa Astrid es madre de cinco hijos de su matrimonio con Johan Martin Ferner, fallecido en 2015 y con el que se casó en 1961, siete años antes de que lo hiciera su hermano Harald. Es la segunda hija del rey Olav V y la princesa heredera Märtha. Tras el fallecimiento de su madre en 1954 Astrid asumió el rol de primera dama con respaldo así a su padre y a su hermano, príncipe segundo en sucesión. Esa labor de primera dama marcó su personalidad y de ahí que haya asumido siempre con compromiso su papel en la familia real. Cada año, pese a su estado de salud, mantiene una agenda con algún compromiso semanal. La hermana del rey nórdico preside doce patronatos, incluyendo la Asociación Noruega de Salud de la Mujer, organización en la que trabaja desde 1955, así como la fundación enmemoriai de su madre, Princesa Heredera Märtha. Ambas son entidades destinadas a causas sociales que son muy populares entre los noruegos.

Ella misma siempre ha dicho que está ahí, en un segundo plano de su familia, "porque siempre puede ser útil" y a ella le reconforta ese papel, pese a las dificultades en su salud.
Entre el resto de familias reales es muy querida y tiene un vínculo afectuoso con nuestra reina Sofía, como con las reinas eméritas de Países Bajos y Dinamarca, Beatriz y Margarita, todos ellas menores que la venerable Astrid que asumía su rol de primera dama con mucha desenvoltura cuando todas ellas eran princesas.
En la cena ofrecida al matrimonio Macron, la presencia de la princesa Astrid ha recordado su lugar de responsabilidad leal en el entorno del rey Harald y que a sus 93 años es un ejemplo de elegancia y presencia para su país, manteniendo un perfil discreto y cuidadoso de su imagen.
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