Las carreras de Ascot: una pasarela de tocados, pamelas, luz y color con la ausencia de la princesa Catalina

Los tocados, las pamelas, los chaqués y los vestidos dan luz y color a las carreras de caballos de Royal Ascot, a las que ha asistido la familia real británica, con la ausencia inesperada de última hora de la princesa de Gales, Catalina. Este evento fue creado por la reina Ana (1665-1741) en 1711, y desde aquel entonces más de una docena de monarcas le han brindado su apoyo, aunque hasta principios del siglo pasado no se convirtió en una cita anual.

En esta ocasión, el rey Carlos III junto con su mujer Camila y su hijo mayor, el príncipe heredero Guillermo, llegaron en la procesión real a un estadio entregado, en el que no pudimos ver a Catalina. La princesa se encuentra en su regreso gradual a los actos oficiales tras su diagnóstico de cáncer, conocido en marzo del año pasado. La duquesa de Cambridge se siente “decepcionada” por no poder participar en la prestigiosa cita social y deportiva, según fuentes cercanos al Palacio de Kensington.

Un año más, Royal Ascot está a caballo, nunca mejor dicho, entre la pasarela de moda y las carreras. Entre los atuendos, los vestidos largos ligeros con estampados se abren espacio entre los de una pieza y descubiertos en la espalda, la falda corta también se deja ver entre el público, así como los abanicos para combatir el calor.