Este pueblo del Almanzora quiere que lo visiten: adjudicar la gestión de la pensión, la clave

En el Valle del Almanzora existe un rincón de calles estrechas y empinadas con casas teñidas de blanco. Taberno, a medio camino entre las ciudades de Almería y Murcia, a ambas hay los mismos kilómetros de distancia, destaca por su historia y por su arquitectura, que configura el retrato especial de esta población. Un atractivo que buscan explotar atrayendo visitantes.

Hay no pocas casas rurales en este municipio, en el que tan importante es el núcleo principal como las pedanías, pues la población está repartida a partes iguales. La práctica del deporte por la sierra suelen copar los motivos que esgrimen los propietarios de estos espacios para convencer a los visitantes. El turismo es un negocio y el Ayuntamiento lo sabe. Por ello ha sacado una licitación para que un emprendedor se quede con la única pensión de la localidad, de dominio municipal.

Es otra manera de generar empleo en un municipio eminentemente rural y aprovechar el tirón que tiene el turismo en la provincia de Almería. Quien se haga cargo de este servicio tendrá trabajo asegurado durante, al menos, cuatro años, pues este es el tiempo que durará la concesión, más otros dos de prórroga. En el pliego, al que ha tenido acceso Diario de Almería, que el adjudicatario “podrá instalar un punto de venta de bebidas-snack, dispensadores automáticos de café o similares dentro del edificio”, aunque primero deberá ser autorizado por el Consistorio.

Situada en el número 12 de la Avenida de Murcia, el recinto tiene doce habitaciones dobles, aseo y terraza. Su titularidad, a diferencia de lo que suele ser habitual en este tipo de servicios de alojamiento, es municipal y el Consistorio es quien aporta la concesión. El Ayuntamiento entra así, de forma directa, en la batalla por atraer visitantes y potenciar la vida económica en esta zona del Almanzora.

Habrá que trabajar: el reto es 350 pernoctaciones/año

A quien se haga cargo de este complejo turístico no le valdrá con establecerse y esperar a que lleguen los visitantes, sino que deberá pelear para darle vida a este complejo. El Ayuntamiento establece que se deberá “lograr el mayor porcentaje de uso y mayor número de usuarios posibles en las instalaciones”. El baremo está fijado en 350 pernoctaciones al año y así debe mantenerse en los cuatro ejercicios que dura el contrato.

El Consistorio no se queda solo en fijar ese porcentaje, sino que vigilará que se cumpla. El adjudicatario del servicio deberá presentar cada año una memoria donde cuente cuánta gente ha dormido en el establecimiento. Si de un año a otro el número de usuarios retrocede un 30%, se podrá dar por finalizado el contrato y volver a sacar la licitación.

El Ayuntamiento lo tiene claro:el usuario es el que manda. Si hay demanda los 365 días del año, incluyendo días como Nochebuena o Año Nuevo, el local deberá estar abierto, inclusive si solo hay una habitación ocupada. Siempre que haya demanda, especifica taxativamente el documento. Durante el primer año, a su vez, el responsable del servicio no podrá tocar los servicios y precios que aparecen en las tarifas municipales.

La idea está clara y es llegar a cuánta más gente mejor. Una de las responsabilidades que tendrá quien se haga cargo de este proyecto es realizar una campaña de promoción de las instalaciones a través de las redes sociales y actualizar la información, para lo que podrá haber una alianza con el Consistorio.

Empleo contra la despoblación

Este municipio es uno de los que tiene abierta la cruzada para conseguir no despoblarse. “El apoyo económico que Diputación pone al alcance de los municipios se destina en lo más importante, en asentar población, porque de ello depende nuestro futuro”, decía a inicios de este año el alcalde de la localidad, Antonio Martos. Fue durante una visita del presidente de esta institución, Javier Aureliano García, con motivo de la inauguración de una nave para emprendedores de la localidad.