Netflix cumple diez años en España: una década de inversión, empleo y proyección internacional

Este 2025 se cumplen diez años de la llegada de Netflix a España. Una década en la que la plataforma ha transformado no solo los hábitos de consumo audiovisual de millones de españoles, sino también la estructura misma del sector audiovisual nacional. Su modelo de negocio, basado en la producción y distribución global de contenidos, ha convertido a España en uno de sus principales centros creativos fuera de Estados Unidos.

Desde su desembarco en 2015, la compañía ha apostado de manera decidida por el contenido local. España fue uno de los primeros países fuera de EEUU en los que Netflix invirtió en producciones originales.

Actualmente, la plataforma colabora con más de 60 productoras independientes repartidas por toda la geografía española, lo que ha contribuido a dinamizar el tejido industrial del sector. Esta red de alianzas ha generado empleo de forma sostenida y ha dado continuidad a una estructura profesional que ya existía, pero que ha encontrado en Netflix un impulsor de proyección internacional.

Centro de producción en Madrid

La apuesta por la producción local ha ido acompañada de una inversión en infraestructuras sin precedentes. En 2019, Netflix inauguró en la Ciudad de la Tele de Tres Cantos (Madrid) su primer centro de producción propio en Europa. Desde entonces, el hub se ha convertido en un eje estratégico para la compañía, que lo ha ampliado hasta alcanzar los diez platós de rodaje. El centro cuenta además con salas de edición, laboratorios de procesamiento de imagen (dailies) y suites de corrección de color, lo que permite abordar proyectos de gran envergadura sin depender de instalaciones externas.

Este complejo emplea a unas 250 personas y ha albergado más de 40 producciones desde su apertura. Todo ello con una gestión basada en la sostenibilidad y la innovación: funciona íntegramente con energía 100% renovable y aplica soluciones tecnológicas punteras, como herramientas en la nube y entornos de producción virtual, que permiten optimizar tiempos, costes y recursos. El centro es un ejemplo del modelo de crecimiento de Netflix, que combina la inversión industrial con la apuesta por el talento local.

Tal y como explica Diego Ávalos, vicepresidente de contenidos de Netflix, “España ha sido uno de los primeros países donde apostamos por contenido local, y hoy es uno de los centros de producción más importantes que tenemos fuera de EEUU”.

Diversidad de títulos nacidos en España

Esa importancia se refleja en la diversidad de títulos que han nacido en el país y que han alcanzado audiencias globales. La casa de papel, Élite, Valeria, El inocente, A través de mi ventana, El desorden que dejas o La sociedad de la nieve son solo algunos ejemplos de una producción que conjuga identidad local con ambición internacional.

En esta trayectoria destacan especialmente casos como La casa de papel, una serie que fue adquirida por Netflix tras su emisión original en una televisión en abierto, y que, una vez relanzada como contenido original, se convirtió en un fenómeno mundial. Su éxito marcó un punto de inflexión tanto para la compañía como para la ficción española. De ella se desprende Berlín, un spin-off (rodado en parte en Sevilla) que reafirma el interés sostenido del público global por el universo narrativo de la serie.

'La sociedad de la nieve'

En el ámbito del cine, La sociedad de la nieve, dirigida por J. A. Bayona, ha sido uno de los títulos más ambiciosos y reconocidos de los últimos años. Rodada en parte en España, fue seleccionada para representar al país en los Premios Oscar, lo que refuerza la dimensión cultural e industrial de la apuesta de Netflix.

Estas producciones no solo han alcanzado a millones de espectadores, sino que han impulsado carreras, activado cadenas de valor y consolidado una narrativa de éxito con acento español.

Diversidad cultural

Un aspecto especialmente relevante de la estrategia de Netflix en España es su compromiso con la diversidad lingüística y cultural del país. Una muestra reciente de esta sensibilidad es la producción Desaparecidos/Desagertuta, rodada dos veces: una en castellano y otra íntegramente en euskera.

Esta decisión responde al objetivo de reflejar con fidelidad el entorno donde transcurre la historia y de conectar de forma más directa con las distintas comunidades del territorio.

Efecto arrastre en todo el sector

Más allá del impacto directo en términos de producción y empleo, la presencia sostenida de Netflix ha generado un efecto arrastre en todo el sector.

La constante demanda de nuevos proyectos ha impulsado la especialización de perfiles técnicos, el crecimiento de productoras independientes, la modernización de servicios de posproducción y la consolidación de empresas dedicadas a la localización y la tecnología aplicada al audiovisual. Este impulso ha hecho que el ecosistema audiovisual español gane en solidez, competitividad y capacidad de exportación.

España, destino estratégico

Además, la presencia de un hub europeo en Madrid ha reforzado la posición de España como destino estratégico para rodajes internacionales. La plataforma ha contribuido a la creación de puestos de trabajo estables, a la captación de talento joven y al establecimiento de relaciones duraderas entre creadores locales y ejecutivos internacionales. Esta dinámica ha favorecido también la evolución del marco regulatorio y el diseño de políticas públicas orientadas al crecimiento sostenible del sector.

En definitiva, en estos diez años Netflix ha pasado de ser una novedad en el mercado español a convertirse en un actor estructural en la economía del audiovisual. Con inversiones constantes, infraestructuras de referencia y una estrecha colaboración con el tejido creativo del país, la plataforma ha logrado integrarse de manera natural en el ecosistema local. Y lo ha hecho generando empleo, fomentando la diversidad, impulsando la innovación y, sobre todo, apostando por un modelo que combina raíces locales con vocación global.