El turismo reduce hasta el 40% el número de viviendas residenciales en Andalucía

El Banco de España constata el aumento de pisos para alquiler vacacional en 2024

La Junta reconocerá que la vivienda turística es una actividad económica

Dos candados con llaves de pisos turísticos en una zona pública de Málaga.
Dos candados con llaves de pisos turísticos en una zona pública de Málaga. / J. Albiñana
Miguel Lasida

24 de mayo 2025 - 06:00

La transformación continúa imparable. Las ciudades costeras y las grandes ciudades siguen transformándose en lugares de paso, de ocio y de disfrute para los turistas. Esta realidad, un potosí para quienes se dedican al turismo, repercute negativamente en el resto de la población, en los residentes, cada vez más arrinconados y obligados a la huida a causa de los ruidos y del disparado incremento de los precios. El de la vivienda es un claro ejemplo. El precio para vivir bajo un techo se ha elevado el 39% desde 2014 en Andalucía, según el informe publicado esta semana por el Banco de España correspondiente a 2024. Sólo Madrid (60%), Baleares (55%) y Cataluña (50%) han registrado mayores crecimientos en el precio real de la vivienda.

El acceso a la vivienda, ya sea por la vía del alquiler o de la compra, sigue siendo uno de los principales problemas para los ciudadanos. En Andalucía, como informa trimestre tras trimestre el barómetro andaluz de opinión elaborado por el Centro de Estudios Andaluces, la vivienda es el tercer problema más importante de los ciudadanos solamente por detrás del paro y de la sanidad. No es de extrañar a poco que se consulten los precios y los lugares donde puede vivir un andaluz medio con un salario medio y tampoco es de extrañar si se atiende a análisis como el del Banco de España, que destaca cómo las viviendas turísticas y las que son propiedad de personas extranjeras no residentes llegan a retirar del mercado hasta la mitad la oferta de la vivienda residencial. En Málaga, ejemplo en Andalucía de una provincia con una gran ciudad y con amplia zona costera, los pisos con usos diferentes al residencial reduce un 40% la capacidad de oferta para los hogares.

La publicación del informe del órgano supervisor coincide con el anuncio del Gobierno central de aplicar una fiscalidad que desincentive el uso turístico o vacacional de las casas comunes. El estudio del Banco de España del pasado año ya advirtió de los efectos negativos de la transformación de viviendas en lugares para el hospedaje en una progresiva tensión de los precios. A las mismas conclusiones han llegado investigaciones de especialistas en la materia. Prosigue el crecimiento de metros cuadrados urbanos para no residentes y prosiguen las tensiones. Y, en un contexto de "contenida inversión" pública y privada para hogares, el crecimiento del alquiler de temporada, el turístico o de habitaciones, es decir, el no residencial, puede "limitar el aumento de la oferta de alquiler residencial", subraya el Banco de España.

El problema de la escasez de vivienda asequible sigue acentuándose en las capitales y en un número creciente de municipios costeros. Uno de los factores a los que apunta el organismo supervisor es a la compra de personas no residentes. Este fenómeno, heterogéneo a lo ancho del territorio, se concentra en las zonas turísticas o en el litoral, un indicativo de que no se trata de personas que vienen a Andalucía a trabajar o a residir sino a pasar las vacaciones o a invertir. Casi una de cada diez compras de viviendas en 2024 las hicieron no residentes. El Banco de España detalla que el número de pisos que son propiedad de personas extranjeras no residentes alcanza el 8,5% del total en la provincia de Málaga, paradigma turístico andaluz y principal foco de la protesta ciudadana, junto a Sevilla, Cádiz y Granada.

La amplia oferta de Airbnb en Andalucía

El auge del turismo se ha propulsado por el uso de las plataformas digitales. La más común en el mercado de las viviendas turísticas es Airbnb, que está bajo sospecha por contener en sus páginas una alta cifra de pisos que no cumplen la normativa. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid se ha pronunciado sobre este particular y ha dado el visto bueno a que el Ministerio de Consumo conmine a la empresa multinacional a eliminar miles de ofertas. Los magistrados madrileños han señalado a un número de viviendas situadas en seis comunidades autónomas, entre las que figura Andalucía.

La desigualdad se agudiza desde la juventud

La dificultad para disponer de una vivienda acorde al promedio de los salarios se ceba especialmente con la población joven. El Banco de España avisa sobre esta cuestión en el informe anual publicado esta semana de que la situación laboral de las personas con menos de 30 años, con una mayor proporción de desempleados y bajo unas condiciones de mayor precariedad en el trabajo, les obstaculiza el acceso a hipotecas y a la vivienda en régimen de alquiler. Esta circunstancia tiene varios efectos sociales, añade el informe: el retraso de la edad de emancipación –un panorama que se ha hecho notable desde la crisis económica de 2008-2010– y la relevancia del poder adquisitivo de las familias en la condición de propietario de los jóvenes y, por tanto, de emancipación. Son los rasgos de una sociedad cada vez más desigual.

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