Los agustinos en Andalucía: una orden señera en la educación
Un nuevo Papa para el mundo
La comunidad de la que procede León XIV posee el Colegio San Agustín en Sevilla y Los Olivos, en Málaga
Están presentes también en Huelva y Cádiz con tres parroquias
¿Un Papa no merece cien días de respeto?

Es la orden más citada los últimos días. Desde que se supo el nombre del nuevo Papa, la comunidad de agustinos no ha dejado de recibir llamadas en todas las ciudades españolas donde se encuentran. Andalucía no iba a ser menos. Cuentan su historia por siglos en esta región (prácticamente desde la Reconquista cristiana), pero actualmente su labor se fundamenta en la tarea educativa y en la gestión de varias parroquias. Están presentes en Huelva, Cádiz, Málaga y Sevilla. En estas dos últimas provincias es una orden especialmente conocida por los dos colegios que poseen: Los Olivos, en la capital de la Costa del Sol; y el San Agustín, en la ciudad hispalense. Con los directores de ambos colegios hablamos un día después de conocerse al sucesor de San Pedro. Una jornada en la que no dejan de recibir solicitudes de entrevistas.
La orden agustiniana la forman actualmente en Andalucía unos 25 religiosos, según precisa el padre Agustín Herreros, director del Colegio Los Olivos. Normalmente, cuando se habla de esta región se incluye Ceuta, donde poseen colegio y parroquia, por lo que la citada cifra supera la treintena de miembros. Número que se distancia bastante del que poseyó la compañía hace siglos, pero muy considerable si se tiene en cuenta el invierno vocacional que sufre Europa las últimas décadas.
Hasta hace diez años, la orden en España se dividía en cuatro provincias. Fue a mediados de la pasada década cuando -como ocurrió con otras congregaciones- se inició un proceso de unificación, por lo que ahora mismo sólo hay una provincia en el país, la de San Juan de Sahagún (erigida en enero de 2020), que incluye Andalucía y todas las demás ciudades españolas donde tienen presencia. En total, hay 17 colegios españoles agustinianos. No debe olvidarse que desde finales del siglo XIX esta orden tiene encomendada la custodia del monasterio de San Lorenzo El Real, en El Escorial, símbolo de la arquitectura renacentista en España.
Una sola provincia desde 2020
La unificación obedeció a la importante disminución del número de religiosos, por lo que se optó por crear una sola provincia que hiciera "más fuerte" a los agustinos en el país. "También se pretendía -asevera Agustín Herreros- atender mejor la obra de la orden e involucrar más a los laicos en nuestro cometido". Un proceso habitual en otras congregaciones en el denominado invierno vocacional que padece Occidente.
La media de edad de los agustinos en Andalucía ronda los 65 años. El director de Los Olivos es uno de los más jóvenes, con 49 años. Los hay de todas las nacionalidades. Hasta filipinos (donde la orden tiene desde hace siglos una importante labor misional) y panameños. "Ya somos multiculturales", afirma Herreros.
Además de los colegios mencionados, los agustinos regentan varias parroquias en la comunidad autónoma y Ceuta. Ahí están la de Santa Clara, en el barrio sevillano del mismo nombre donde se encuentra el centro educativo San Agustín; las de Regina Mundi y Nuestra Señora de Bellavista en Huelva; la de San Agustín en Cádiz y la del mismo nombre en Málaga. Pero, sin duda, el presente y futuro de la orden en esta región se fundamenta en su cometido educativo, de los que son exponentes el colegio sevillano y malagueño, ambos concertados.
La labor educativa
El Colegio Los Olivos se encuentra en un área de expansión de Málaga, entre el Puerto de la Torre y Teatinos. Es el mayor de Andalucía. Posee cuatro líneas (cuatro aulas por curso). A él acuden a diario unos 1.740 alumnos, lo que lo convierte en uno de los centros educativos más importantes de la capital costasoleña. Incluye el Bachillerato, aunque es privado.
En Sevilla, el Colegio San Agustín hunde sus raíces en una ubicación distinta a la actual, en el denominado Parque de las Naciones. Allí comenzó a funcionar a principios de la década de los 70 en aulas prefabricadas, hasta que en 1976 se trasladó a Santa Clara, donde los agustinos compraron a los norteamericanos -que crearon este barrio formado por chalés- el colegio que desde entonces poseen. Con la creación de este centro de enseñanzas se ponía fin a la ausencia de los agustinos durante 135 años en la capital andaluza, después de que perdieran sus antiguos conventos en el siglo XIX a consecuencia de la Desamortización de Mendizábal. Aquellos dos monasterios dejaron huella en la historia de la ciudad. Uno era el de San Agustín, situado en las inmediaciones de la Puerta de Carmona, donde se veneraba al milagroso Cristo de San Agustín, la gran devoción de la ciudad hasta la centuria decimonónica. El otro era el de San Acacio, en la céntrica calle Sierpes, donde hoy se encuentra la sede principal del Círculo de Labradores.
En el Colegio San Agustín nos atiende el padre Miguel Ángel Herreros, quien comparte apellidos con su homólogo malagueño. Este colegio cuenta con dos líneas desde primero de Infantil (tres años) a cuarto de la ESO. En él están matriculados más de 700 alumnos. Herreros sólo lleva al frente del centro un año. Cuenta con bastante experiencia en la docencia, buena parte de la cual la desarrolló en Buenos Aires, donde conoció a dos papas: a Francisco, cuando fue arzobispo de la capital argentina; y al actual León XIV, por las constantes visitas que realizó a los colegios agustinos allí presentes, especialmente siendo ya general de la orden en Roma.
"Un hombre de diálogo"
En el colegio sevillano la noticia de la elección de Robert Francis Prevost como Papa ha pillado a la comunidad educativa en días no lectivos, al coincidir con la Feria. No obstante, los grupos de whastapp de maestros y padres se han llenado de mensajes de satisfacción por que un agustino sea líder de la Iglesia. Sin duda, un revulsivo para la orden.
Los directores de ambos centros subrayan que en su primer discurso, en el balcón de la Basílica de San Pedro, León XIV pusiera de relieve "el espíritu agustiniano" que se inculca a los alumnos: un mensaje claro de paz y la necesidad de tender puentes. "Es un hombre de diálogo. Con una clara respuesta para lo que necesita ahora el mundo", refiere Miguel Ángel Herreros, quien puntualiza las principales líneas de la enseñanza agustiniana en Andalucía: "una educación integral, que potencia los valores de la amistad y la solidaridad; el pensamiento crítico y creativo; y cuidar la interioridad para salir hacia fuera y ponerse al servicio de los demás".
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