Roquetas no tiene ni calabozos: la Guardia Civil se queda sin espacio para los detenidos

JUCIL denuncia el “abandono institucional” de una de las ciudades más conflictivas de España, donde ahora las patrullas deberán llevar a los arrestados hasta Almería

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La Guardia Civil de Roquetas de Mar, uno de los municipios más poblados y conflictivos de toda España, se ha quedado sin calabozos para detener a los arrestados. A partir de ahora, los agentes tendrán que recorrer más de 22 kilómetros hasta la Comandancia de Almería cada vez que detengan a alguien, con el coste operativo, de seguridad y judicial que eso supone. La asociación mayoritaria del cuerpo, JUCIL, ha calificado la situación de “inaceptable” y exige una solución urgente.

El secretario provincial de JUCIL, Rafa Maldonado, no se ha mordido la lengua: “El verdadero problema no es perder el uso de los calabozos municipales, sino que jamás se ha construido un área de detención en el cuartel de Roquetas. Y eso incumple la normativa del propio Ministerio del Interior”. El sindicato denuncia que esta carencia histórica evidencia el abandono institucional de una unidad clave para la seguridad ciudadana en el Poniente almeriense.

Más de 1.000 detenciones y 10.000 diligencias al año dan cuenta del volumen de trabajo de los guardias civiles en Roquetas. Hasta ahora, habían podido usar las celdas de la Policía Local, pero esa posibilidad ha quedado suspendida desde este martes, dejando a los agentes literalmente sin sitio donde encerrar a los detenidos.

A partir de ahora, cada traslado a Almería implica perder una patrulla durante al menos una hora por trayecto, lo que repercute directamente en la vigilancia y en la respuesta a emergencias. Además, según JUCIL, el nuevo escenario aumenta los riesgos de fugas, accidentes y errores procesales, ya que los arrestados pasan de un partido judicial a otro.

Y todo esto, en pleno verano, cuando la población roquetera se triplica por el turismo y las plantillas se ven recortadas por las vacaciones. “No puede haber agentes de traslado mientras se vacían las calles”, critica Maldonado, quien recuerda que la situación vulnera la Instrucción 11/2015 de la Secretaría de Estado de Seguridad, que exige a cada puesto policial contar con instalaciones adecuadas para la custodia de arrestados.

JUCIL ha reclamado tanto a la Dirección General de la Guardia Civil como a la Comandancia de Almería que actúen de inmediato y doten al cuartel roquetero de un centro de detención digno. “No se puede garantizar la seguridad sin medios ni infraestructuras. Y en Roquetas, simplemente, no los hay”, sentencia Maldonado.

Un problema nacional

La denuncia de JUCIL en Roquetas no es un caso aislado. La asociación, que representa a más de 15.000 agentes, ha solicitado un informe nacional sobre el estado real de los acuartelamientos en todo el país. Según alerta en su escrito, muchas instalaciones están en estado “lamentable” y la falta de inversión compromete tanto la seguridad de los guardias civiles como la de los ciudadanos.

Queremos trabajar con dignidad, no con remiendos”, concluyen desde JUCIL, que recuerda que sus principales reivindicaciones siguen siendo la equiparación salarial con otras policías, la mejora de las condiciones laborales y el refuerzo del despliegue operativo en todo el territorio nacional.

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